Cómo POMPEII pasó del hype a la madurez
Once años después de sus primeras zapatillas numeradas, la marca española redefine su modelo: menos ruido, más producto y una cultura que trabaja para la magia.
¡Hola! Soy Andrés Barreto y esta es la edición #158 de ecomMARTECH.
Hay marcas que nacen con un plan y otras que nacen por instinto. POMPEII pertenece a estas últimas: cuatro amigos, 350 pares de zapatillas y una idea tan ingenua como poderosa, la de crear algo propio. Once años después siguen en pie, aunque el camino ha sido todo menos lineal.
Asistí a la sesión de Gextia Insights con Jaime Garrastazu, cofundador y CEO de la marca, y me pareció una de las conversaciones más honestas que he escuchado sobre lo que significa madurar una empresa sin perder su identidad.
Más que una charla sobre moda o marketing, fue una reflexión sobre cómo el criterio, la cultura y la autocrítica pueden ser las verdaderas palancas de crecimiento en un ecommerce.

Cuando el marketing eclipsa al producto
Durante sus primeros años, Pompeii fue una explosión de energía: pop-ups, ventas flash y campañas virales que parecían imparables. Todo funcionaba, hasta que el crecimiento se detuvo.
Jaime lo explicó con una sinceridad poco habitual: “Nos creímos que éramos una empresa de publicidad antes que una marca de moda.” Aquella frase marcó el tono de toda la conversación.
El equipo había puesto el foco en el canal y en el ruido, en lugar de en el producto. El marketing funcionaba, pero el deseo ya no nacía del diseño ni de la propuesta. Esa desconexión fue el punto de inflexión.
Decidieron volver a lo esencial, a crear cosas que realmente les gustasen a ellos, y desde ese momento el rumbo empezó a cambiar.
Trabajar para la magia
De todas las ideas que compartió Jaime, hubo una que se quedó flotando en la sala:
“La empresa trabaja para la magia.”
No lo decía como un eslogan, sino como una forma de estructurar la compañía.
La “magia” es el equipo creativo —Cosme y su gente— y toda la organización existe para facilitar su trabajo. No se trata de improvisar, sino de diseñar una libertad ordenada, donde la creatividad se canaliza en lugar de desbordarse.
Cada colección nace con un presupuesto definido y un número concreto de referencias, y aproximadamente un 30 o 40% de esas piezas se reserva a la experimentación.
Las decisiones se filtran a través de tres preguntas sencillas:
Si encajan con la marca.
Si aportan algo cultural
Y si el precio y el margen pueden sostenerse.
El resultado es un proceso que combina intuición y método, y que ha devuelto coherencia a la marca.
Subir el listón para poder crecer
El siguiente paso fue abrir el canal wholesale y mirar hacia fuera. Aquello obligó a subir precios, mejorar materiales y profesionalizar procesos.
Jaime lo resumió así: “Con el producto que teníamos, nadie nos miraba fuera de España.”
Esa frase resume un cambio profundo, entender que para competir internacionalmente no bastaba con comunicar bien, hacía falta mejorar el producto.
Hoy el 60% de las ventas de Pompeii llegan del extranjero y su colaboración con Pacha Ibiza marcó un antes y un después. Fue el momento en que una marca nacida en una furgoneta se convirtió en un referente global sin dejar de sonar a sí misma.
Marketing con criterio
En esta nueva etapa el marketing no desaparece, pero cambia de función. Ya no lidera, acompaña. Pompeii trabaja con una agencia que entiende su lenguaje y con la que mantiene reuniones semanales centradas en ideas más que en informes.
Las decisiones combinan sensibilidad creativa y datos, pero el orden de los factores importa; primero la visión, luego la optimización. Si una campaña no funciona, se ajusta la ejecución sin cambiar el rumbo.
El marketing deja de inventar magia y pasa a amplificarla.
Operar bien, sin convertirlo en un fin
Pompeii lleva años operando con sistemas sólidos: ERP, ecommerce y almacén integrados con Factor Libre desde 2016. Entregan rápido, gestionan devoluciones sin fricción y controlan el stock con precisión.
Pero Jaime lo explicó con claridad:
“Si vendes moda, entregar en 12 o en 48 horas no cambia tu curva de ventas. Lo que cambia es que tu producto guste.”
La eficiencia es importante, pero no sustituye al deseo. En ecommerce, la operación es la base sobre la que se sostiene el crecimiento, no la fuente que lo provoca.
Lo que queda después de once años
De toda la conversación me quedo con cinco ideas que trascienden la moda:
El producto es la raíz de cualquier negocio y cuando se debilita todo lo demás se vuelve accesorio.
La libertad solo funciona cuando está bien estructurada.
Subir precios puede ser una decisión inteligente si el valor acompaña
El marketing no debe crear lo que el producto no tiene.
Y la convicción es la única forma de sostener una marca cuando las cifras dudan.
Pompeii ha demostrado que se puede crecer sin disfrazarse, que una marca puede evolucionar sin traicionar su tono ni su esencia. Su historia no habla de velocidad ni de eficiencia, sino de criterio y consistencia.
En este momento donde vender más es una obsesión, escuchar a Jaime fue un recordatorio de que la ventaja real está en saber exactamente por qué alguien decide comprarte.
🎙️ Puedes ver la charla completa en YouTube:
Nos leemos en el post de LinkedIn de hoy.
—Andrés Barreto.
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